EL PUNTAL. chanclas Otra vez los chiquillos, como una marea que inagotablemente viene y va, volverán a correr con sus pies descalzos por tus desgastadas tablas. Modernos raqueros de nuestro siglo, herederos de aquellos abuelos que se lanzaban al agua en busca de las monedas que tiraban los señoritos a los que prometían cogerlas con el culo. La paz de tus vacíos arenales, se convertirá en bullicio dominguero de tortilla y amnistiado chiringuito, de barcos, baños y risas. Cercano y pequeño paraíso donde atardecer languidamente, resistiendonos al regreso. Otra vez.